TRUCOS DE ESCRITURA PARA ROBOTS

UN ESPEJISMO EN EL DESIERTO

 

Redactar es un trabajo ingrato para todo aquel que no tenga el hábito de escribir. Sin embargo, los parámetros de optimización del texto según las premisas de Google son sencillos de seguir. No hace falta que seas un buen escritor porque no impera, por norma general, el buen gusto estilístico. Con seguir unos patrones basta. A más intentes buscar un lenguaje específico y/o personal, menos se posicionará tu texto en el buscador.

Resulta paradójico, pero un buen escritor puede no ser un buen redactor de contenidos. Sin embargo, alguien que no tenga dotes para la escritura bien podría ser un buen redactor de blogs corporativos o, al menos, un digno escribiente.

Si eres escritor (oficio denigrado en los tiempos que corren) tienes dos opciones a la hora de escribir un contenido en tu blog o en algún otro:

  1. Seguir con tu estilo personal. Esto te llevará directamente a la indiferencia de la red, ese rinconcito donde nadie te ve, el lugar del silencio eterno.
  2. Acatar las imposiciones del algoritmo. Tendrás más visibilidad, tu ego se marchitará pero posiblemente te ganes la vida con lo que haces.

Si no eres capaz de transigir a la norma, es mejor que te dediques a escribir para los sentidos y no para el bolsillo, solo a los grandes autores (famosos) se les permite escribir como les dé la gana. Al menos, en el mundo del marketing digital. No hay que olvidar que estos autores colaboran de vez en cuando a precio de pan de oro la palabra. Pero insisto, esos juegan en otra liga.

Si no es tu caso o, por el contrario, no te interesa lo más mínimo el oficio pero te ves obligado a hacerlo, tienes que ser sintético y muy, muy claro, en tu redacción. ¿Por qué? Pues porque el mundo del marketing de contenidos siempre tiene prisa, es fast food, la típica hamburguesa del McDonald’s que en cuanto te la comes vuelves a tener hambre.

Hay varios factores para que el algoritmo considere los textos simples como óptimos y los complejos como residuales. El principal, a mi juicio, es que poca gente lee y tampoco lo hace con atención. Partiendo de esta base, ¿cómo le puedes exigir al algoritmo (que no es más que un robot de rastreo), textos con dobles sentidos y retórica compleja? No tiene sentido.

Muchos marketeros, para suplir su carencia en la redacción, abusan de la foto y del formato audiovisual. El que lleva años en la profesión sabe perfectamente que una foto sin el refuerzo de un buen texto optimizado, es como un espejismo en el desierto. El algoritmo rastrea por palabras, eso es incuestionable.

Las redes sociales no son más que la fiesta, la presentación en sociedad de tus contenidos. Es como el caramelo con un envoltorio llamativo. El envoltorio puede ser un buen post de Facebook o Instagram, con una buena foto o un video sugerente y un copy funcional. Pero si lo abres y no hay nada dentro, todo ese trabajo no sirve para nada; en todo caso para aumentar una métrica vanidosa pero inocua en cuanto a conversión. Y no nos engañemos, en marketing digital, los contenidos que no ayudan a la conversión, son trabajo en balde.

Evidentemente, el material gráfico es muy importante y ayuda a crear valor. Sin embargo, el diseño, la fotografía y el video, también han experimentado, a lo largo de todos estos años, un retroceso serio en cuanto a calidad. Esto también se debe a la prisa del marketing. Desgraciadamente, no impera el buen gusto sino la inmediatez y la espontaneidad mal concebida. En un mundo donde imperan los sentimientos y las sensaciones, no tiene cabida una foto bien pensada o un video demasiado planificado. Primero porque poca gente lo aprecia (solo hay que comprobar el poco interés por el cine y las artes plásticas) y segundo porque un buen video cuesta dinero.

Es precisamente por el segundo punto que muchos empresarios prefieren invertir en un influencer que grabe situaciones con su teléfono móvil sin tener ni idea de lo que es un encuadre. Le costará lo mismo o más que contratar a buenos profesionales pero aumentará la métrica vanidosa y puede que pasen (no es seguro) más consumidores por el embudo de venta. Da igual la calidad, para vender ya no hace falta demasiada sofisticación.

Otra opción y la más económica es contratar a un recién graduado en marketing para que haga todo el trabajo por el mismo sueldo. El resultado de tal atrocidad no es más que cortas y pegas a malsalva en cuanto al texto y fotos libres de derechos mil veces vistas, videos pretenciosos muy mal planificados y copys de tercero de primaria. Eso sí, con mucho emoticono para aumentar el reclamo.

Desgraciadamente, esta falta de especialización remunerada, es la que impera en el mundo de la creación de contenidos. Cada vez se exigen más perfiles imposibles por una razón meramente económica. Lo más habitual es que los reclutadores de marketing digital busquen perfiles que sepan editar fotografía y video, que sean diseñadores, que sepan redactar de forma optimizada… ¡Buscan a hombres y mujeres del Renacimiento!

En muchos casos, dichos reclutadores y/o responsables de recursos humanos, acuden a la verborrea del auto perfeccionamiento, al juego de la reinvención continua. Pero, no nos engañemos, la única razón por la que no se vertebra el marketing online por departamentos específicos (gráfico, video, redacción), es, simple y llanamente, económica. Sin embargo, idear una estrategia más sofisticada, original y bien planificada, es la única manera de marcar la diferencia. Y es que siempre, entre tanta basura, es fácil destacar.

 

ALGUNOS CONSEJOS DE REDACCIÓN SEO

 

  1. La importancia de un buen título. Siempre es mejor un título que enganche, alguna frase sintética del texto que intuyas como reclamo (claim, reclaim, demand). A veces, sucede que el producto o servicio con el que estás trabajando no destaca en cuanto a palabras de rastreo para el algoritmo porque hay cientos de marcas que las usan. Para eso existe Google Trends, una herramienta del gran robot buscador que te ayuda a ver el posicionamiento real de cada palabra. Es gratis.
  2. Contenido estructurado. Trata de usar guiones y puntos y de dividir el contenido en capítulos con encabezados originales.
  3. Frases cortas. Evita las subordinadas y las enumeraciones muy extensas separadas con comas. Trata en lo posible de no incurrir en circunloquios ni en excesiva retórica. Si escribes en WordPress puedes descargarte el pluguin Yoast. Al principio lo odiarás y después, cuando te aclares con él, te servirá de mucha ayuda.
  4. El robot no quiere tecnicismos. A veces es inevitable usarlos pero es mejor no abusar de ellos.
  5. A los humanos con cierto gusto no nos gustan las faltas de ortografía. Procura leer tu textos las veces que sea necesario para presentarlos limpios de errores, no solo ortográficos, también gramaticales. Recuerda que no hay correctores perfectos. El robot ayuda pero no llega a muchos lugares todavía.
  6. Vigila el tono y el target al que va dirigido el contenido. No fuerces el mensaje, trata de que fluya espontáneamente, que no se vea el trabajo que hay detrás. El robot y los consumidores agradecen la frescura.
  7. Elegir bien las palabras clave (tags o etiquetas) de tu artículo. Cuando estés a punto de publicar, trata de seleccionar aquellas palabras maestras de tu redacción. Complementan el título y ayudan al robot a rastrear.

 

Y esto es todo. (De momento). Espero que os hayan servido de ayuda estas 1200 palabras. No sé si este contenido me va a dar buena conversión, de lo que estoy seguro es de que he disfrutado escribiéndolo. Suficiente. Soy Iván Varo, experto redactor de contenidos y muchas cosas más. Este es mi contacto.

No contact, no conversión, my friend. 

 

 

 

Post by admin_ivan

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