RINOCERONTES EN LAS MIELES DE LA ALCARRIA

RINOCERONTES EN LAS MIELES DE LA ALCARRIA

Durante los meses de confinamiento estuve trabajando en una creatividad para una compañía de seguros muy conocida. Se trataba de un trabajo a priori sencillo pero con el tiempo resultó ser más complicado de lo que parecía. Y es que no se puede subestimar ninguna historia por pequeña y poco compleja que parezca. A veces, los contadores de historias profesionales se precipitan a la hora de valorar un proyecto, incluso los más experimentados. Supongo que llevar veinte años en esto te da ese absurdo poder de determinar a vuela pluma el coste del tiempo invertido y el valor de tu trabajo, como el que presupuesta una obra pública o tasa un inmueble. Pero nosotros trabajamos con un material no fungible, etéreo, llámalo humo, llámalo inmaterial o sencillamente fantasía, que es lo que es. Es por eso que determinar el valor de las palabras es algo tan relativo que ni siquiera nosotros podemos ajustar con exactitud. Porque cada historia es una aventura diferente, una nueva oportunidad para desarrollar todos tus malabarismos narrativos y poner a tono tu audacia para mover emociones. No hay historias grandes ni pequeñas, sino buenas o malas independientemente del soporte.

El trabajo me vino en un momento delicado a nivel personal y por suerte todo salió bien. Cuando sonó el teléfono y Jorge Munar, fantástico realizador con el que hago buena dupla, me propuso la historia, tenía la cabeza en otro lado. Aún así escribí un guion en un tiempo récord. Animación, dos personajes, tema definido y tono reconocible. Vale decir que el deadline era más que ajustado pero yo era consciente, para eso sirve la experiencia, de que había tirado de técnica y definí unos giros que sabía que iban a funcionar. A pesar de todo, era consciente de que a ese trabajo le faltaba lo principal: el pellizco.

Pellizco es una palabra metafísica. Cuesta de entender porque tampoco tiene valor, es un concepto etéreo, como el duende lorquiano. Todo escritor y en definitiva todo artista sabe de lo que estoy hablando. El pellizco es aquello que aparece en ese estado creativo en el que pierdes la noción del tiempo. O se tiene o no se tiene. Es lo que hace a tu historia diferente de las demás, es donde impones tu sello personal. Y el pellizco se gana con trabajo y algo de talento. Los que no lo tienen son simplemente imitadores. A veces, estos imitadores –los hay por doquier– roban los pellizcos de los demás y dicen que son suyos. Pero esa es otra historia.

Era evidente que tenía que hacer alguna reescritura porque nada sale bien a la primera y eso es algo para lo que un cuentista profesional (storyteller parece otra cosa pero es lo mismo, no lo olvidéis) tiene que estar mentalmente preparado. El oficio requiere la obligación de ser crítico con uno mismo y aguantar los feedbacks de los demás. Si no, dedícate a otra cosa o escribe para ti y lo guardas en un cajón para enseñárselo a tus nietos el día de mañana. Seguro que no les importará una mierda así que no te esmeres demasiado buscando pellizcos.

A medida que modificaba el guion surgían nuevas ideas, incluso mucho más interesantes de las que había desarrollado antes. Eso no sólo sucede por esfuerzo sino no también por sintonía de trabajo. Si los feedbacks son correctos y están bien direccionados el trabajo brilla porque no hay que olvidar nunca que en el audiovisual, el que escribe la historia no es el autor de la totalidad de esa historia, no es más que un mensajero, el que construye los cimientos para que los demás puedan trabajar con toda su creatividad al servicio de esa historia y no de tu ego autoral, esa pálida brillantina que aparece por tu cabeza cuando ves tu nombre en algún crédito. Si padeces de ese mal, mejor será que empieces por escribir y dirigir una ficción, la que sea, y si tienes suerte –mucha debes tener– alguien la distribuirá y hasta puede que ganes algún premio. Te aseguro que nadie se acordará del guion, ¿acaso ves los cimientos de las casas? Pues eso.

Jorge coordinó el trabajo con criterio, sus feedbacks siempre son retos y si hay algo que me motiva en esta vida son los retos. A eso hay que sumarle las directrices del cliente, lo más importante. Si eso funciona, si son transparentes, si dejan un espacio para que se genere un ambiente de confianza, la maquinaria se ajusta y salen cosas verdaderamente sorprendentes. El talento fluye siempre y cuando se genere esa confluencia. Y eso es algo que los empresarios deberían tener en cuenta.

Entiendo que un directivo de una gran empresa, después de haber tenido reuniones por doquier con diferentes departamentos, pueda sentirse alterado al leer un guion de dos o tres páginas en el que un rinoceronte blanco nada en un bote de miel de la Alcarria, por ejemplo. O que del cuerno del mismo rinoceronte salgan serpentinas y fuegos artificiales. Imagino la cara que puede poner sentado en su despacho frente al ordenador tomándose el enésimo café del día. Sí, son marcianadas, es lo que tiene esto que los modernos llaman storytelling, rinocerontes en las mieles de la Alcarria.

Lo mínimo que se le puede pedir al cliente es la capacidad de imaginar esa historia en el corazón de su empresa, abstraerse por un momento y verla latir. Si eso fluye, las posibilidades de que aflore el pellizco creativo aumentan exponencialmente. Lo tengo comprobado.

El trabajo se alargó y se reajustaron los presupuestos, teníamos entre manos un proyecto con muchas posibilidades creativas que requería de más tiempo y así fue. Mi camino acabó aquí, ahora le toca a The Ugly Duck, la productora, realizarlo y editarlo y a los dibujantes diseñarlo. Los cimientos ya están puestos. El camino siempre es largo pero vale la pena. Espero en un tiempo revisitar este artículo y enlazar el video aquí.

Son las 21:30 horas de la noche. Es lunes. Empieza el otoño. Supongo que no tiene nada de particular, puede que haya sido un día anodino, uno más. Pero para mí no y hablo completamente en serio. ¿Cómo se me ha ocurrido la tontería del rinoceronte nadando en un bote de miel? ¿Y por qué de la Alcarria si nunca he estado en la Alcarria? Todo es tan absurdo. Seguid creando, queridos y queridas, por el bien de la humanidad.

 

 

Post by admin_ivan

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