CREACIÓN DE PERSONAJES V

TIPOLOGÍA DE PERSONAJES

(El antagonista)

 

“Existen relaciones de amor en las que hay mucha violencia, pero por encima de todo me interesa el espíritu humano, las relaciones entre las personas.” Nikita Mijalkov

 

Queridos visitantes de mi blog, guionistas, directores, productores y demás, bienvenidos una vez más a mi rincón de artículos cinematográficos. En la anterior entrada hablé sobre el concepto de empatía, las rarezas que como guionistas nos podemos encontrar y las premisas que debe cumplir todo protagonista.

Fotograma de Urga, territorio del amor, de Nikita Mijalkov.

En esta entrada trataré de profundizar en el lado oscuro de la trama, el concepto de antagonismo. Personalmente no soy un creador que acostumbre a idear villanos para mantener la tensión de una historia y poder cerrar bien los puntos de giro y las situaciones climáticas. No me gusta. Quizás siento más atracción por la oscuridad de todo personaje, ese advenimiento de la maldad desde el mismo protagonista, sin necesidad de tener que crear un personaje con dicha función específica.

No obstante, es necesario tener claro el concepto de villano, sus resortes y sus utilidades dentro de la matriz de la historia.

 

PRINCIPIOS DEL ANTAGONISMO

 

“La melancolía existe en el arte que me gusta y forma parte de todas las formas artísticas consagradas. Está ligada al deseo, al anhelo; eso es lo especial de esta película, ligeramente distinta a las demás que he hecho: desde el principio hay elementos de deseo, de enfermedad, de drama. […] Pensé que era interesante presentar todo esto con claridad desde el principio, dando a conocer el final de la historia. En películas de este tipo, uno cree que sabe cómo se va a acabar la película pero espera equivocarse.” Lars von Trier.

 

Fotograma de Melancolía, de Lars von Trier. (Pequeño homenaje a Alain Resnais).

El PRINCIPIO DEL ANTAGONISMO: un protagonista y su historia sólo pueden resultar tan intelectualmente fascinantes y emocionalmente atractivos como lo permitan sus fuerzas antagónicas.

Cuanto más poderosas y complejas sean las fuerzas del antagonismo que se oponen al personaje, más completos deben llegar a ser.  Las fuerzas del antagonismo no tienen por qué referirse necesariamente a un antagonista o villano específico.

En los géneros adecuados los archivillanos como Terminator son una delicia, pero por fuerzas del antagonismo nos referimos a la suma total de todas las fuerzas que se oponen a la voluntad del personaje y a su deseo.

Si fragmentamos bien las fuerzas antagónicas, nos daremos cuenta de que cada conflicto del protagonista puede bien tener su parte antagónica.

Fotograma de Stalker, de Tarkovsky.

Por ejemplo:

  1. Conflicto interno: inseguridad. Podemos poner al protagonista ante la tesitura de hacer una conferencia en público.
  2. Conflicto personal: mala relación con su madre. Podemos desahuciarla y hacer que vaya a vivir a casa del protagonista.
  3. Conflicto extrapersonal: fobia irracional a los funcionarios. Podemos colocar al protagonista en el brete de un trámite administrativo largo y fatigoso.

Así pues, queda claro que para que un guion tenga la fuerza antagónica necesaria, no es necesaria la idea de un personaje malévolo sino de un conjunto de fuerzas del mal que impiden que el protagonista alcance su objetivo.

Vertemos energía en el lado negativo de una historia para llevarla hasta un clímax satisfactorio. Una historia que progresa hasta el límite de la experiencia humana debe avanzar a lo largo de un patrón que incluya la idea contraria de los valores del protagonista.

Fotograma de El viento, de Victor Sjöström.

En Stalker, de Tarkovsky, la naturaleza se transmuta en función a los conflictos internos, forma parte del mal. En Melancolía, de Lars von Trier, la fuerza del mal es la amenaza de colisión de un asteroide contra el planeta tierra. Victor Sjöström utilizó el viento como elemento antagónico en su película homónima. En Urga, de Nikita Mijalkov, es el progreso el enemigo que azota a los personajes. En Dies Irae, de C. Theodor Dreyer, es el estigma de la brujería de la madre de la protagonista (quemada viva) que se manifiesta a través de los cambios meteorológicos (determinantes) del film.

 

 

“No hay nada en el mundo que pueda compararse a un rostro humano. Es una tierra que uno no se cansa jamás de explorar, un paisaje (ya sea árido y apacible) de una belleza única. No hay experiencia más noble, en un estudio, que la de constatar cómo la expresión de un rostro sensible, bajo la fuerza misteriosa de la inspiración, se anima desde el interior y se transforma en poesía.” Carl Theodor Dreyer.

 

Fotograma de Dies Irae, de Carl Theodor Dreyer.

Con estas palabras del maestro danés, uno de los inventores del cine, me despido por hoy hasta el próximo artículo. Y ya sabéis, si queréis darle un punto de valor agregado a vuestros proyectos, no dudéis en poneros en contacto conmigo. También asesoro y hago informes de reescritura y adaptación de novela.

Seguid creando, queridos y queridas, por el bien de la humanidad.

Post by admin_ivan

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