SEÑAS DE IDENTIDAD

JUAN GOYTISOLO. In memoriam

 

El despertar cívico de marzo del 51 obró el milagro de sacudirlos de su torpor. Ayuso había desertado de las clases para manifestar su solidaridad con los huelguistas […] Álvaro aceptó satisfecho la idea de Ricardo de ponerse en contacto con un abogado, viejo amigo de la familia de éste, ex dirigente, dijo, del disuelto partido de Estat Català.

Era un cuarto piso de la Rambla de Cataluña: ascensor lento, escalera oscura, un promiscuo olor a cocina subía de los apartamentos inferiores. Dentro, una extensa biblioteca jurídica, una vitrina con incunables y ediciones raras, floreros japoneses, retratos de familia, un polvoriento busto romano en escayola. La alfombra estaba raída y, para disimular sus calvas, alguien había puesto encima un monumental brasero de cobre. La anciana criada se había retirado tras las cortinas y, a los pocos minutos de espera, apareció el abogado envuelto con una bata de cuadros, calzados los pies en zapatillas forradas de piel, el rostro vivo, despiertos los ojos tras el espeso cristal de sus gafas. […]

–Com aneu, minyó?
–Jo bé, i vosté? Si no m’haguessin dit el vostre nom no us hagués reconegut. Sou ja tot un home. I els pares?
-Molt bé, gràcies. –Álvaro se había incorporado también y Ricardo se volvió hacia él con una sonrisa–: Li presento un company de la Universitat de tota confiança, Álvaro Mendiola.
–Mucho gusto– dijo Álvaro.

El hombre le saludó sin pestañear. Hubo un silencio de varios segundos.

–El meu amic no és català –aclaró Ricardo–. La seva familia és asturiana.
–Asturias… Estuve allí hace muchos años con mi mujer. Tanto ella como yo guardamos un recuerdo magnífico.
–En realidad nací en Barcelona– dijo Álvaro.

Acomodados en el sofá de peluche le habían oído disertar por espacio de una hora acerca de las perspectivas del laborismo inglés y de la última moción de los sindicatos americanos que condenaba todos los totalitarismos sin exclusiva (guiñó el ojo de modo cómplice). […]

–¿Qué opina usted de los sucesos de estos días? -había aventurado Ricardo.
–Las manifestaciones, evidentemente, tienen su importancia. han expresado ante los demócratas del mundo entero cuáles son los verdaderos sentimientos de la población. Desde este punto de vista no puedo menos que juzgarlas positivas. Lo cual no implica una aprobación sin reservas, y hablo a título privado, respecto a su oportunidad.
–Mendiola y yo considerábamos que…
–Los actos de violencia que han acompañado la protesta ciudadana han causado mal efecto entre nuestros amigos. El desorden, y ésta es una lección que aprendí durante nuestra guerra, nunca es rentable. La gente confunde el grano con la paja y tiende a hacer generalizaciones precipitadas y abusivas. ¿Conocen ustedes el editorial del New York Herald Tribune?
–No.
–Les aconsejo su lectura. […]
–En la universidad han distribuido octavillas llamando a la huelga… –empezó Ricardo.
–Lo sé, lo sé. […]
–Es para el lunes día 26 –dijo Álvaro.
–Sí, conozco el llamamiento. Su autor, por cierto, ignora la gramática catalana. ¿Llevan ustedes el texto encima?
–No.
–Es lástima. El párrafo final es perfectamente confuso. Cuando lo leí hubiera jurado que su autor no era catalán.
–No faltan más que cinco días –insistió Álvaro.
–En efecto, el plazo es breve y, como de costumbre, nuestros amigos han procedido con precipitación excesiva… Su buena fe está fuera de duda, desde luego, pero, aquí, entre nosotros, ¿creen ustedes que esto es eficaz? […] En mi opinión, y voy a serles sincero, no. La situación no está madura.

Hubo una pausa. Oportunamente la criada surgió con una bandeja y retiró las tres tazas vacías.

–Volen un xic de conyac?
–No, gracias.
–Entonces, ¿qué cree usted que podemos hacer?
–Amigos míos –dijo con voz pausada–, y el que les habla ha conocido las inquietudes de ustedes y simpatiza por entero con ellas, amigos míos –repitió–, si algún consejo puede darles quien en su juventud cometió los mismos errores que hoy les tientan, este consejo sería: no se precipiten, no malogren sus posibilidades. La huelga de la que me hablan es prematura y, por lo tanto, inútil. […] Existen acciones en apariencia minúsculas cuya continuidad les asegura a la larga una eficacia mucho mayor que otras, a primera vista más espectaculares. Este tipo de acciones discretas, prolongadas, convienen a unos jóvenes con porvenir como ustedes. […] ¿Conocen ustedes a Nuria Orsavinyá?
–No.
–Vayan ustedes a verla. Es la viuda de Pere Orsavinyá, el que fue amigo y colaborador de Companys… La semana próxima es su setenta y cinco aniversario y un grupo de íntimos hemos organizado una pequeña fiesta en su honor. Casals nos tiene prometido un mensaje y se leerán adhesiones de numerosas personalidades exiliadas en Francia y en México. El proyecto de huelga es absurdo, créanme… Reúnanse mejor con nosotros. La torre de los Bonet es muy espaciosa y la dueña les recibirá con mucho gusto. Es el día veintitrés, a las siete de la tarde. Conocen la casa, sin duda… la de los abetos, al final del paseo Bonanova… No lo piensen más, y decídanse… El jerez de su casa es famoso… Les presentaré a otros jóvenes de su edad. Allí estarán ustedes como en familia.

 

Juan Goytisolo. Señas de Identidad. Editorial Seix Barral. Biblioteca breve.

Post by admin_ivan

2 Responses to SEÑAS DE IDENTIDAD

  1. Lluís

    Iván, me avergüenzo de confesarte que desconocía tu blog, y en verdad es muy interesante. Sobre el fragmento de Goytisolo fantástica elección, se entiende perfectamente el porqué de ella. Sería oportuno releerse esas “Señas de identidad” que leí de muy joven y comprendí más bien poco. Creo que Juan (más que José Agustín, o de otra forma) es una de las figuras de la literatura catalana contemporánea a tener muy en cuenta. Su nivel de intelectualidad parece insólito a día de hoy, en que predomina lo facilón.

    • admin_ivan

      Querido Lluís, Señas de Identidad me enseñó lo que es llevar al extremo al narrador y la concentración que requiere en el lector poder seguir el hilo. Es extremadamente compleja esa novela, a nivel técnico y lingüístico es soberbia pero después, a nivel de alma, es algo aséptica. De todas formas, hay pasajes verdaderamente impresionantes. No te avergüences por desconocer mi blog, acabo de publicar mi web, como quien dice. Bienvenido a mi rincón y gracias por leer. Te mando un fuerte abrazo.

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