PAPELES, PAPILLAS, PAPÁ

PAPELES, PAPILLAS, PAPÁ

 

 

Habitación pequeña. Mesa y taburete. Sobre la mesa hay un espejo pequeño, maquillaje y un cepillo, todo dispuesto a modo de tocador. A un lado de la sala hay un pequeño reservado delimitado por unas cortinas translúcidas. Un contraluz delimita la silueta de Julia estampada en la cortina.

 

(Por teléfono; en el reservado)Primero el bibi. Le pones agua templada y dos cucharadas de leche en polvo. Que no sean soperas. Procura que eructe y después la siesta. Si no quiere dormir le acunas. Le encanta la Oreja de Van Gogh. Ayer te di el disco, ¿te acuerdas? (Tarareando un tema de la Oreja de Van Gogh; lo hace de pena)Por eso esperaba, con la carita empapada, que llegaras con rosas, con mil rosas para mí, pues ya sabes que encantan esas cosas, es muy tonto soy así… (Pausa)Nos chifla esa canción, cariño. (Pausa)Perfecto. Pues se lo pones. Verás como se queda como un tronco. Si no le picas un cuartito de Valium en la papilla y punto. Eso no falla nunca. Después, para la merienda, pelas una pera y un trocito de plátano. Pequeño, que sino se estriñe, y se lo trituras muy bien, que no queden grumos. ¿Me escuchas? Cuando acabe lo subes al carrito, lo llevas al parque y nos vemos allí. Sí, a eso de las 18:30h. Ok. Un beso, cariño.

 

Julia sale del reservado con un par de vestidos, uno de ellos atrevido y otro de corte clásico. Los coloca sobre el taburete y los mira pensativa. Se los prueba a ojo mirándose en un espejo imaginario, justo delante del público. Suena el teléfono. Julia se decide por el vestido atrevido. Se cambia mientras atiende la llamada.   

 

Hola. Bien. ¿Y vosotros? El niño está bien, cada vez más grande. Come mucho y duerme como un tronco. (Pausa)Yo nunca os dije que no pudiérais venir a casa. (Pausa)Eso te lo estás inventando. Podéis ver al niño cuando queráis. ¿Arrepentido? A buenas horas. Pues que se piense las cosas antes de hacerlas. ¿Por el niño? Vamos, por favor. Podéis verlo cuando queráis, te lo vuelvo a repetir. Bueno, mejor vamos nosotros la semana que viene, ¿te parece bien?

 

¿Qué sobre mamá? ¿Ah, sí? Me acaba de llegar. No, ¿qué es? (Pausa) ¿Para Walter? (Pausa) Bien, está bien, gracias. No, le falta uno. Lo que pasa es que todavía tiene que ir a la embajada a recogerlo, como papá no quiso facilitar las cosas. A él le suponía descolgar el teléfono, uf, qué gran esfuerzo. Me da igual que esté jubilado, los contactos los sigue teniendo. Pues te equivocas, mamá, está trabajando. Pues sí. Está de coreógrafo en una compañía de renombre. Ay, mamá, pues ahora no me acuerdo. Da igual, el caso es que trabaja mucho. Tanto que no sé si va a poder venir la semana que viene. Sí, sí. Le ha salido una gira. A nivel europeo. Sí, sí. Mira mamá, te tengo que dejar que me tengo que ir al trabajo. Sí. Empiezo hoy. Está con Walter. Se le dan muy bien los niños. Ahora mismito le estoy viendo salir por la puerta, se van al parque. Adiós, cariño. Adiós, cosita. (Abre y cierra la puerta). (Pausa)Mira, mamá, vale ya. ¿Para qué me llamas? ¿Para discutir? Mamá, no ha visto el sobre, ni sabe que ha llegado. No. No. Como va a saber lo que hay dentro si ya te he dicho que ni lo ha visto. A ver dime, ¿qué hay dentro? No me obligues a abrirlo, sería feo… (Pausa)Que sí, mamá, Walter le ha puesto una rebequita ¡Mamá, que hace sol!

 

Como te tengo que decir que no nos hace falta dinero. ¿Para el niño? Mamá por favor, ¿para qué quiere el niño una libreta? ¿Eh? Yo no te he dicho eso en ningún momento. Te lo estás inventando. Walter ya tiene su cuenta, jolín. ¿Como le va a quitar al niño nada? (Pausa)No, mamá. El piso es de los dos. No sigas por ahí. (Pausa)¿Muerto de hambre? Pues sí. ¿Y qué? Pero aún así es mi marido, mamá. Mi marido. ¿Verdad que al tuyo lo respeto? Sí, sí, sí, es mi padre, ¿y qué? Ya no soy una niña, ¿entiendes? ¿Qué? Mira, por ahí no paso. No habéis hecho nada por nosotros. Por no hacer ni os habéis molestado en gestionar un puto papel, mamá. Un puto papel. ¿El coche? El coche está a mi nombre. Además, si lo comprasteis vosotros.

 

Gracias, mamá. Muchas gracias. Ya veo que me deseas lo mejor. Pues si lo dejamos ya veremos qué pasa. Papá es abogado, ¿no? Pues que lleve el caso, joder. Otra vez con Walter. Jo, mamá, qué pesada. Vale, qué sí, ya me ha quedado claro que no tienes nada en contra de él. Yo creo que te gusta, ¿eh? ¿El alemán? ¿A qué viene eso ahora? Pero si es un viejo, mamá. Sí, llevas razón, me respetaba y me hacía sentir como una princesa. Pero está casado y toma Viagra, ¿entiendes? (Pausa)Pues sí, mamá. Quiero follar, sí. ¿Es eso lo que quieres oír? Me gusta follar. Follar sin parar. Y para eso Walter si que vale. ¿Te ha quedado claro? A ver, dime, ¿dónde voy a encontrar a un tío que tenga el nardo que tiene Walter? (Pausa)Pues sí, mamá, eso es lo único que me importa, ¿vale? ¿Algo más? (Pausa) No. No, no. Ya estamos otra vez con lo de la Comunidad esa. Que el niño no se bautiza. No me da la gana, ¿entiendes? Si quieres vas tú a las Eucaristías esas. Haz con tu vida lo que quieras pero a mí me dejas de comeollas y santitos, ¿eh? (Pausa)Pues sí, jolín, es comunista. ¿Qué digo? Walter es anarquista. Y de los peligrosos. De los que ponen bombas. (Pausa)Y dale. Que no todos los sudamericanos tienen que ser rojos. Qué manía con los rojos, oye. También hay amarillos y negros… Y no son sudacas, leñe. Son sudamericanos. Su-da-me-ri-ca-nos. (Pausa)Bueno, pues hispanos, me da igual, mamá, de verdad, me estresas.

 

¿Culpa de qué? No manipules. No te consiento que pongas al niño como víctima de nada porque no ha pasado nada, mamá. Te lo estás inventando todo. Walter y yo somos felices, que te quede claro de una vez. Que sí, que sois sus abuelos y que queréis verlo. Pues no se nota, la verdad. No me habéis llamado desde que nació. ¿Cierto? Venga, por favor, no te hagas la víctima que tengo prisa. (Julia suspira)No, mamá, no estoy fumando. Ya sabes que lo dejé. No, no le doy el pecho. Pero que pasa con el pecho, que obsesión. Que no soy de esas que se sacan la teta todo el rato, joder. Se sacan la teta en el bar, la teta en el parque, la teta en el tren. Teta por aquí. Teta por allá. ¿Está de moda o qué? Luego se les caen y les llegan al ombligo. (Pausa)Que no quiero ser una africana, jolín. Que no, que no voy a ir a ninguna de esas reuniones de lactancia, mamá, que se te quite eso de la cabeza. Seguro que si te pones un bolígrafo debajo de las tetas no se cae, ¿verdad? (Pausa)Da igual la edad, mamá. Practica, jolín, ¿no lees el Lecturas? Pues ahí vienen ejercicios y recomiendan tonificantes. Bueno, te dejo, hasta la semana que viene. Calla, coño. Adiós.

 

Julia se mira al espejo imaginario. No termina de ver claro el vestido atrevido. Se levanta las tetas una y otra vez. Corre al reservado y sale con un bolígrafo en la mano, se lo coloca debajo de un pecho y éste se cae. Sonríe satisfecha. Se pone el vestido atrevido sin sujetador. Se acaba de arreglar, coge el bolso y se dispone a irse. Suena el teléfono. Se mete en el reservado y atiende a la llamada.

 

Hola Ana. ¿Qué pasa? (Pausa)No me digas. Vaya lo siento. (Pausa)¿Cómo? Tengo una reunión muy importante. Soy subdirectora, Ana. Ponte en mi lugar. Qué imagen puedo dar si me presento allí y les digo: disculpen la interrupción pero es que tengo que darle la papillita al niño. Me dijiste que te quedarías con él hasta que volviera. Sólo serán unas horas (Pausa)¿Entonces que hago? (Pausa)¿A Walter? Pero qué estás diciendo. ¿Tú me escuchas cuando te hablo? Qué clase de amiga tengo que no me escucha. Te he pedido un favor, Ana, un favor. ¿Y así me lo pagas? Como me traigas al niño tú y yo hemos terminado. (Pausa)Y dale con Walter. Es un cerdo, un muerto de hambre. No, sólo tú. Que digan lo que quieran. Ya se enterarán. Si lleva un mes sin cogerme el teléfono. No sé ni donde esta. (Pausa)Follando, dónde va a estar, es lo único que sabe hacer, follar como un animal. (Pausa)¿Cómo quieres que me ponga? No puedes fallarme ahora. Ahora no. Te necesito Ana, te necesito (Pausa)¿Quieres dinero? ¿Cuánto quieres? (Pausa)Me da igual tus padres. Me da igual tus putos padres. ¡¿Me entiendes?! (Pausa)Muy bien, muy bien, tráeme al niño, pero ya sé que contigo no puedo contar nunca más.

 

Cuelga. Sale del reservado desesperada. Coge el sobre y lee en voz alta: ¿Embajada de Cuba?

 

Lo abre y lo lee en voz alta mientras se mete en el reservado. Se sienta y se enciende un cigarro. Tose. Al cabo del rato, rompe a llorar.

 

La actriz Elisa Villalba en algún momento del show

Post by admin_ivan

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