ZOMBIES
ZOMBIES
Ahora que se ha puesto de moda el subgénero de zombies y los ves por la televisión y en el cine –si es que vas–, te diré que no hace falta ver a cientos de tipos caminando como subnormales con los ojos encendidos y maquillados hasta las trancas. No. Esos zombies no tienen nada de zombies. Mira a tu alrededor, están junto a ti. Miran el Marca o el Cuore, consumen espacios televisivos nocivos, no leen, siempre se quejan de todo y le echan la culpa a los demás, compran aparatos tecnológicos que ni siquiera saben usar, fomentan el racismo, menosprecian la cultura, salen a ver a Messi de los juzgados de Gavà para saludarle y rendirle pleitesía, cuelgan banderitas en sus ventanas, desprecian al diferente, se ríen del inteligente, envidian a sus vecinos, hablan de coches y ellas de zapatos, sólo van al teatro a ver musicales ridículos, detestan pensar y luchan para que tú no pienses. Razona por un momento. Respira hondo y pregúntate si acaso no eres tú uno de ellos. La transformación es lenta y apenas si da tiempo a darte cuenta. Salir de esa espiral no es cosa de zombies de película de serie B o serial televisivo de tercera regional pintado de americano colosal en alta definición. No. Salir de esa espiral depende de ti.
