MARISEX

MARISEX, un monólogo cruel

 

1. Traición

 

Habitación de Marisex. Cama revuelta. Botella de licor en la mesita de noche. Cámara sobre trípode en un extremo. La cama está llena de peluches. Penumbras.

 

(Fuera de campo) A menudo menda me has traído. Mira que te lo he dicho veces: profesionales, Filippo, profesionales. Y me traes a un pichafloja. ¿Sabes lo que me ha dicho? (Con voz varonil) Mira, en realidad yo trabajo en la construcción, bueno… me he quedao en el paro y con esto me saco un sueldecito. (Pausa) ¿Cuánto le pagas? (Pausa)Da igual, no me sueltes rollos, no me lo digas, no quiero saberlo. Mira Filippo, es mi última película. Mi despedida, ¿entiendes? Cómo se te ocurre traerme a un paleto, un puto paleto eunuco y cincuentón… Pero tú por quién me has tomado. Soy yo la que se lo tiene que follar, maricón de mierda.

 

Marisex entra a la habitación acelerada. Se sienta a los pies de la cama hablando por un teléfono móvil.

 

Además, no entiendo por que tiene que ser en mi casa, Filippo. Podría ser en la piscina del Gordo, ¿no crees? (Pausa) ¿Cómo? (Pausa) Repite eso. (Pausa) Vamos, que no hay productor. (Pausa) Pero tú eres mi representante, Filippo, no tienes ni puta idea de producir. (Pausa) ¿El guión? (Pausa. Ríe a carcajadas. Se incorpora y coge un par de papeles grapados del suelo, junto a la cámara.) Uy, sí. Tiene unos diálogos muy buenos. Sobre todo los de la secuencia veinticuatro, ¿verdad? ¿O la treinta y dos? Espera. Espera. Espera. Página… página sesenta y seis. ¿La tienes? (Pausa; falsamente sorprendida) Uy, ¿de verdad lo has escrito tú, cariño? No quería herir tu sensibilidad. (Pausa larga. Marisex tira el guión al suelo, abre el cajón de la mesita de noche. Saca un frasco de Popper e inhala un poco) ¡Bueno, basta ya! Cuánta pasta te dan por representar a la furcia esa. (Pausa) No te hagas el sueco. (Pausa) ¿Qué? ¿Ahora no me lo vas a contar? Me tiro a un gorila pichafuelle en mi casa, en mi puta casa y con mi cámara, maricón, con mi puta cámara, y no me vas a decir cuánto te dan por cada película en la que sale la niñata esa. (Pausa) ¿Tranquila? Mira, sarasa, con la pasta que te den quiero que pagues mi película, así que búscate la vida y empieza a contratar a gente. (Pausa) ¿Qué? ¿Lo de hoy? No sirve ni para un trailer. (Pausa) ¿Internet? Vamos, ¿por quién me has tomado? (Pausa) ¿Casero? (Pausa)¿Maduritas? (Pausa larga; Marisex inhala un poco de Popper; inspira y expira en varias ocasiones tratando de tranquilizarse) Te voy a tener que refrescar la memoria, maricón de mierda. (Pausa) Sí, maricón. ¿Te ofendes? Gracias a quién tienes esa casa, cabrón. ¿Y ese coche? Has vivido de mí más de quince años. De mí, hijo de puta. De mis éxitos. Has viajado por todo el mundo, te has codeado con lo más selecto gracias a mí, a mi imagen. Te escupiría en la cara. (Pausa larga. Tensión) A ver, dime porqué coño tienes que escribir la película, ¿no sabes delegar? Espero que tengas una buena respuesta. (Pausa) ¿Qué? ¿Cómo? ¿Qué te ha dicho el Gordo? (Pausa; Marisex se descompone a medida que oye la respuesta) Puto gordo. (Pausa) Móntatelo como quieras, Filippo, esta película se tiene que rodar sí o sí, ¿entiendes? Pero no la escribas por el amor de dios. Tú no. Eso déjamelo a mí, vas a alucinar con las ideas que tengo. Tenemos que mirar la historia desde otra perspectiva. Ficción, Filippo, vamos a hacer ficción. Una trama. Unos personajes. Buenos diálogos y sexo. Mucho y de calidad. (Pausa) ¿Qué? Sabes perfectamente que lo he dejado. (Pausa) ¿Eh? Es un tratamiento, lo hago por mi profesión no te creas que lo tomo por gusto. Además, me lo recomendaste tú, ¿no te acuerdas? (Pausa) ¿De qué te ríes? A mí no me hace ni puta gracia. (Pausa) Eso ahora a qué viene. (Pausa) ¿Me meto yo con tus novios acaso? Mohita me respeta, ¿entiendes? (Pausa) ¿Quién te ha dicho eso? Es mi fan número uno, un incondicional. Una cosa es que hayamos acabado mal y otra muy distinta es que no se sigua pajeando con todas mis películas. (Pausa) A ver, Filippo, estas hablando con Marisex, no con Marisa Feliu. Son dos conceptos muy distintos, no te equivoques. (Pausa; cogiendo el guión del suelo) ¿Repasamos el guión? (Pausa) Ahora no quieres repasarlo. Pues lo voy a hacer, bobo. (Abre el guión y lee) Escena uno. Casa Marisex. Interior. Día. Marisex lava los platos en la cocina. Está desnuda. De repente, se oye el interfono. (Pausa; Marisex espera unos segundos esperando opinión) ¿No dices nada? (Pausa) Eso no es real. Ninguna mujer lava los platos desnuda porque sí. Es estúpido. ¿Tú lavas los platos en pelotas? (Pausa) Y qué que sea porno. Da igual. No es verosímil. Si Marisex lava en bolas debe ser por una razón, imbécil. Por la cara no es ninguna razón y, siento mucho decepcionarte, pero según está aquí escrito es por la cara, por la puta cara. Así no se pueden hacer las cosas bien, Filippo. ¿Quieres que vaya a por los diálogos o no hace falta? (Pausa) Leo. Hombre dice: Buenos días, mi nombre es Abraham Rodríguez y vengo predicando la palabra de dios por el barrio. ¿Tiene unos minutos? Marisex contesta: ¿La tienes dura? Entre paréntesis: Marisex aprieta con fuerza el paquete del hombre. (Pausa) Bien. Varias cosas. La primera. Si queremos ser realistas, nadie contesta así a un Testigo de Jehová, Filippo. (Pausa) Bueno, pues Mormón, es igual. Directamente no contesta, cierra la puerta y punto. Que en tu mente calenturienta existan fantasías de este calibre no me lo esperaba. Seguro que cuando te para cualquier Mormón por la calle tu subconsciente está a punto de agarrarle el paquete pero tu razón y sentido común dice que no. Entonces le miras con cara de entender todo ese rollo de sufrimiento y redención del Mesías. Pero en realidad te dan mucho morbo, cabrón, esos rubios y bien formados evangelistas. Bueno, es igual, ¿qué diferencia hay? (Pausa) Y les escuchas durante largo rato para dejar a tu fantasía trabajar. ¿Me equivoco? Y sales por Mateo capítulo siete, versículo octavo, cuando en realidad lo que quieres es petarle su virgen y santificado culo. Corrígeme si me equivoco. Te mueres por amarle locamente, por convencerle de que el reino de los cielos está a tu lado, es de carne y tiene longitud y grosor. Longitud. Y grosor. Pero en tu reino no entran esos que parecen ser buenos y de fiar. Tu reino está lleno de babosos cocainómanos que no llegan ni a calentarte la cama porque apenas te conocen salen corriendo con los gayumbos entre las piernas. (Pausa larga)¿Estás ahí? (Pausa) ¿Sigo? (Pausa) Gracias, yo también te quiero. Y la segunda. ¿Por qué tiene que ser un Testigo de Jehová? (Pausa) Bueno, Mormón. ¿Por qué? Ganaría más si fuera un hombre de negocios o algo por el estilo. Que me invite a una copa de Moët Chandon y me saque a bailar un vals bajo la luz de la luna en cualquier paraje maravilloso. ¿No te parece mucho más sugerente?  Pues no, tiene que ser con un Mormón. Peor aún, con un obrero de la construcción que se hace pasar por Mormón. Joder, Filippo, si por lo menos fuera auténtico, la escena brillaría más. Pero me traes al pichatriste ese, que la tiene como un cacahuete y no trempa desde su noche de bodas. Al menos págale una depilación, coño, que con la cantidad de pelo que tiene en su culo blandengue, se pueden hacer lianas y todo. (Pausa) ¿Qué? Mira, pedazo de cabrón, yo tengo el culo tan duro como los tapacubos de tu coche, ¿te queda claro? Bueno, a lo que íbamos, que me estoy descentrando. El guión es cosa mía. Y nada de Testigos de Jehová ni de obreros de la construcción. Quiero un arquitecto. Olvídate también del empresario que eso también está muy trillado. Un arquitecto. Pero no un arquitecto cualquiera sin inquietudes de ningún tipo, no. Quiero que sea un intelectual en toda regla. Así que el actor que tienes que buscar no puede tener cara de tonto, ¿entiendes? Repito. No cara de tonto. Vamos a hacerlo bien, con fundamento. Porno de arte y ensayo. Innovación, Filippo. Abriremos un nuevo abanico de clientes. Vamos a calentar a toda una generación de intelectuales. Los vamos a poner a mil. Lo veo claro. Me voy a reenganchar. Ya me veo paseando por la alfombra roja en el Festival Erótico de Barcelona. Los flashes. Los autógrafos. La entrega de premios. Los fans. Mis fans.

 

¿Sabes una cosa? He pensado en Robert Big Dick para el papel de arquitecto. ¿Cómo lo ves? Sí, Roberto. (Pausa)¿Qué? (Pausa) ¿Con la furcia esa? No me lo puedo creer. Será hijo de puta. Pero si el otro día la puso a parir. ¿Sabes lo que me dijo? (Pausa) Con los buenos momentos que hemos vivido, qué grandes producciones. Sólo recordar aquel polvo de hora y cuarto en plano secuencia y chorreo como una perrilla en celo. (Pausa; inhala Popper) ¡Y qué más da que le paguen bien! ¿Dónde está su palabra? ¿Eh? ¿Dónde? Me dijo que jamás iba a rodar con ella, que era un coño-estrecho además de tener el culito más caro de toda la industria: seis mil pavos por sesión anal, casi nada. Eso a parte, como plus, ¿sabes? Pero de qué va la niñata esa. Al igual se me iba a ocurrir a mí pedir eso a su edad. Acaba de empezar, Filippo, es una pipiola y encima va de lista. (Pausa) No la defiendas, cabrón, que te rompo esas cochinas canicas de mariquita acomplejado. Sigues siendo mi representante, así que cállate la boca. (Pausa) Da igual que también lo seas de la perra esa pero conmigo llevas muchos más años, así que un respeto, Filippo, un respeto. Además, ya te he dicho que me retiro, ésta es mi última película, de mí vas a dejar de chupar pero bueno, bastante estás ganando con Ámbar, tu superestrella emergente. No me echarás de menos. Y si encima le vas haciendo chupadillas al Gordo por debajo de la mesa, tienes pasta hasta que te mueras o hasta que los pichatristes dejen de hacerse pajas, cosa poco probable viendo los beneficios que da esto. (Pausa) Va, Filippo, no te hagas el digno, alguna chupadilla le habrás hecho, digo yo. Seguro que le gustas pero no se atreve a decírtelo. Él nunca dará el paso. ¿Sabes que de vez en cuando se escapa para tirarse a algún transexual? Son su debilidad. Supongo que el callo de su mujer no sabe nada. Se puede gastar más de cuatro mil pavos en una noche, que lo sé yo. Pero estoy segura de que en realidad lo que quiere es tener una relación seria contigo. Estable, ¿me entiendes? (Pausa) Ya lo sé, criatura. A ti te van más los Mormones esos. Pero no me puedes negar que el Gordo te da su morbillo. Es como un osito. Tu osito. (Pausa) No. Yo no me invento nada. Eso se ve a simple vista. Te voy a preguntar una cosa y quiero que me digas la verdad. (Pausa) Es importante, Filippo. (Pausa) ¿Las tetas de Ámbar son de verdad o se las ha pagado el Gordo? (Pausa) Puto gordo. Llevo años detrás de esa operación. ¡Años! (Pausa) No puede ser. Me acabas de matar. En el último rodaje serio trabajé gratis a cambio de ponerme tetas, de ajustármelas, de corregir los desvaríos de la gravedad. Le he llamado un montón de veces y nunca me coge el teléfono y ahora resulta que le ha pagado las tetas a la furcia esa. (Inhala Popper) A mí me va a dar algo. (Pausa) ¿Qué me olvide? (Pausa) ¿Otro tipo de producción? Mira no empecemos otra vez con lo de Internet y lo del sexo casero que son muchos años los que llevo en la profesión. Además, ¿qué dirían mis fans si me vieran en el Porn Tube al lado de un anuncio de alargamiento y curvatura del pene? Eso no es serio. Sería un descrédito enorme. La tumba de Marisex. (Pausa) No me andes con rodeos. ¿Qué quieres decir? ¿Qué no puedo competir con la niñata esa? ¿Porqué? (Pausa) De madurita nada, chato, no te equivoques. (Pausa) Demasiado vieja, ya. ¿No será que ella es demasiado joven? (Pausa) Lo de las tetas es algo que me preocupa desde los veinte años, no es de ahora. (Pausa) ¿No me crees? Bueno, me da igual, no me tengo que justificar ante nadie. Y menos ante ti. Si el Gordo pusiera pasta para que tuvieras más longitud y grosor, ¿aceptarías? (Pausa) Imbécil. Vamos, hombre, di la verdad. ¿No te gustaría tener un nardo mucho más grande? Un miembro que despuntara debajo del pantalón, un buen estoque para ensartar a todos esos mariquitas que conoces en tus bacanales post-premiere. Entonces, qué hay de malo en tener unas tetas grandes, de pitones rojos, turgentes y con la cadencia suficiente como para aguantar una pluma en la punta del pezón y verla oscilar y oscilar sin que se caiga. Así las quiero yo. Por eso quiero rodar esta película. Por eso y por demostrar a todo el mundo que todavía no he muerto. Que estoy aquí, vivita y coleando. Marisex aún no ha dicho su última palabra.

 

No. Siete no. Cuatro. La última fue Intimate Marisex. ¿Recuerdas? Cuatro años. Y no cobré ni un duro, ya lo sabes. Después vino el Gang-Bang. (Pausa) ¿Un éxito? Mira, Filippo, no quiero hablar de eso. (Pausa) Depende de cómo lo mires. Para mí fue un desastre. Esa no puede ser mi despedida. (Pausa) Lo del record es lo de menos. No deja de ser una anécdota. Además, la película no tiene distribución y el record no se puede acreditar. En menos de un año seguro que alguna lo supera. Supongo que el Gordo debe estar más preocupado por encumbrar a Ámbar que por distribuir una película llena de obesos pajilleros esperando turno para metérmela un par de veces y salir limpiándose con un Klinex. (Pausa) Sí, al fin y al cabo es un regalo que le hice a todos mis fans pero estás muy equivocado si piensas que gocé del momento. (Pausa) ¡No soy una golfa! Soy actriz. Estudié interpretación y además tengo la carrera de psicología. ¿Qué tienes tú? Nada. Un montón de nadas sobre un papel en blanco. Eso es lo que tienes. Y sí, me follé a 950 tíos en una noche. Y no fue placentero. ¿Qué quieres que te diga, que fue la noche más maravillosa de mi vida? ¿Qué lo volvería a repetir? ¿Qué nunca me había sentido tan llena? ¿Llena de qué? Llena de pegajoso esperma chorreándome por los recovecos más insospechados de mi cuerpo. ¿Cómo te sentirías si no pudieras ni tan siquiera abrir los párpados para poder ver al tío que tienes delante? Aunque, qué digo, seguro que a ti te encantaría, ¿verdad, Filippo? Te mueres de ganas por vivir una experiencia similar. ¿No es cierto? (Pausa) ¿Sabes por qué la gente quiere porno? ¿Nunca te lo has preguntado? La gente quiere porno para no tocarse. Se excita mirando porque es más fácil que tocar, que oler, que sentir. Es cómodo, no interfiere ningún otro sentido. Sólo tus ojos y tu imaginación. Pero hasta la imaginación está controlada, limitada, ¿entiendes? Limitada por la misma imagen en sí. La imagen pornográfica no sugiere nada, cariño, simplemente muestra. Y limitada por unos actores que marcan unos estereotipos muy definidos: cipotes como vasos de tubo, tetas perfectas, polvos interminables… Pero la gente que ve mis películas no cumple esos requisitos y, lejos de frustrarse, la mayoría se proyecta en los personajes de la pantalla y vive su momento sexual a la carta mimetizándose con ellos. Es algo así como una catarsis o una liberación. Es algo raro. A veces pienso que los hombres llevan una carga demasiado molesta encima y descargar se convierte en una necesidad impepinable. El placer es lo de menos, parece secundario. La masturbación, querido, anula la comunicación con el prójimo. Cuando te haces una paja no tienes que quedar bien con nadie, salvo contigo mismo. Y cuando terminas no te preguntas si ha estado bien o qué feliz te ha hecho. No. Simplemente te limpias y ya está. Así de fácil. (Pausa larga) ¿Me sigues? (Pausa) Lo que verdaderamente me preocupa es que mi cuerpo empieza a no cumplir con los requisitos. Tengo que reciclarme, jugar otras bazas. Por eso lo del porno de arte y ensayo, Filippo. Si tiene éxito quizá me plantee seguir un par de años más en el negocio. Ha llegado el momento. En dos semanas tengo el guión y en un mes empezamos a rodar. Hazte con un buen director. (Pausa) ¿Las cosas bien? No me hagas reír. Por mucho tiempo que tengas no vas a mejorar el producto. Tú no. No estás capacitado así que qué más da. Si te digo que el guión lo tendré listo en un par de semanas y que en un mes nos ponemos a rodar te parece precipitado cuando has tenido todo un año para escribir un guión. Un año. Y mira lo que has hecho. Una mierda pinchada en un palo. Eso es lo que has hecho. (Pausa) Seguro que mejor que el tuyo. Y ya sabes, tienes dos semanas para montarlo todo. Dos semanas. (Pausa) ¿Cómo que no? (Pausa) ¿Dos meses? (Pausa) Imposible. (Pausa) ¿Cómo que qué mas da? No puedo esperar más. ¿Entiendes? No puedo. (Pausa larga. Marisex se pone muy nerviosa. Deja el teléfono sobre la cama. Lo coge. Lo vuelve a dejar. Levanta su batín, coge un paquete de tabaco que tiene en el muslo sujetado por una liga. Se enciende un cigarro. Vuelve a coger el teléfono mientras suelta el humo pensando en lo que va a decir.)

 

Porque estoy gorda. Me doy asco, Filippo, asco. Y esto va a más. No paro. Me estoy deformando y no paro de comer. Soy una ameba. Qué digo, un protozoo, un bicho unicelular, una esponja… Eso, una puta esponja. Como a deshora. Como a la hora. Me levanto a medianoche y vuelvo a comer. Bebo leche, ¿entiendes? Bebo leche sin parar, como si fuera agua. En la vida había tomado leche y ahora me compro packs de doce. Lo peor de todo es que no puedo adelgazar. Es imposible. Me estoy poniendo como una cerda. A veces me da por vomitar y vomito sin parar. Son náuseas. Tengo rachas de acidez que ni con Almax, Filippo, ni con Almax se me va. Y no hablemos de mis incontinencias urinarias. Me paso el día meando, joder. Me temo que si algún día pierdo kilos me llenaré de estrías y descolgamiento. Todo caerá, Filippo, seré pellejo, tiras de carne flácida. (Lloriquea) Además no paro de llorar. Me da por ahí. Estoy triste. Sola, ¿entiendes? Sola. (Pausa) ¿Mohita? Mira, no quiero hablar de eso ahora. (Pausa) A veces me duele la cabeza y parece que me va estallar. Siento que si no se rueda ahora y tardamos más de un mes no voy ni a poder entrar en plano. Tiene que ser ahora. Ahora o nunca. ¡Ahora o nunca! (Pausa)¿Por qué? ¿Quieres saberlo? (Pausa) Porque estoy embarazada, inútil. ¡Embarazada! (Marisex se desarma. Tira el teléfono sobre el colchón y llora desconsolada. Abre el cajón de la mesita de noche, coge un pañuelo de papel y se suena. Respira hondo y coge el teléfono) Sí, sí, estoy tranquila. Sí, sí. (Pausa) ¡No lo sé! ¡No lo sé, joder, no lo sé, no lo sé! (Pausa) ¡Estoy tranquila! ¡Estoy tranquila! ¿Me ves nerviosa acaso? Todo va como la seda. Sí. Controlado. ¿Nerviosa? (Pausa) ¿Cómo lo voy a saber? Claro que la tomé, pero algo debió pasar. Hay un tanto por ciento muy mínimo de que ocurra y me tocó a mí. Algo debí de hacer mal (Pausa) Yo que sé. (Pausa) ¿Mohita? Lo he intentado, Filippo, pero no tengo valor. ¿Y si el niño sale rubio? ¿Tú crees que Mohita tragaría? Vamos, por favor. Además, Mohita y yo no follábamos, que lo sepas. Bueno, sí, una vez me la metió pero venía cansada de rodar y no noté nada. Se conformaba con verme y tocarse, Filippo. Peep Shows, querido. Y le resolví la vida, ¿entiendes? Dejó de hacerse pajas en las cabinas para entregarse al deleite visual. Y gratis, joder. Si al menos le hubiera sacado pasta. (Pausa) Vale, sí, me hacía regalitos. ¿Y qué? (Pausa) ¿Pero qué dices, estás loco? Se te va la cabeza. (Pausa) A ver, ¿quién? (Pausa; Marisex ríe a carcajadas) ¿El número 436, por ejemplo? ¡Ummmh, sí! Todavía recuerdo su aliento en mi oreja, los goterones de sudor deslizándose sobre su pecho peludo, las comisuras pastosas de su boca… Por favor, Filippo, imagínate que estas en casa tranquilamente, haciendo vida rutinaria, y me presento allí y te digo: hola, buenas tardes, ¿es usted el hombre número 436 del Gang-Bang Todos contra Marisex? (Pausa) ¿Que qué voy a hacer? ¿Tú que crees? (Pausa) Pues tenerlo. La criatura que llevo dentro es el fruto del amor incondicional de mis fans. Un premio por tanto sufrimiento. Un regalo.

 

¡Sí, estoy loca, cabrón! ¡Cómo una puta cabra! (Inhala Popper y comienza a reír a carcajadas) Pero no menos que tú. ¿Crees que no sé lo de tus fiestas sin condón? Te da morbo que te pueda petar el culo cualquier sidoso, ¿verdad? ¿Cuántos han caído ya? ¿Quince? ¿Veinte? No lo sabes porque nunca te lo dirán. Te gusta jugártela. Te excita pensar en la posiblilidad de contraer el SIDA porque eres un jodido necrófilo. Quieres que te cuiden, pasar al otro lado, ser el diferente, el proscrito, llegar a ser un gift giver. (Pausa) Yo cobro por ello y todos están sanos, no te equivoques. (Pausa) Sólo experimentas placer si lo asocias con la muerte. Así se te pone dura. Has follado tanto y de tantas formas que te has cansado de todo y buscas más. Quieres más. Un rabo enfermo y un culito inocente. Un culito, el tuyo, que dice en voz baja: yo pasaba por aquí, a mí nadie me dijo nada. Y un rabo enfermo que contesta: te voy a dar por culo hasta el fin de tus días. ¿A cuánto sale cada rabo enfermo? (Pausa) Da igual, no me sueltes rollos, no me lo digas, no quiero saberlo. (Pausa) ¿Que cómo sé lo de tus fiestas bareback? ¿Quién te acompañó a por los resultados? Estabas acojonado. Parecías un niño pequeño esperando su primera vacuna. Una vergüenza de ser humano sentado en una sala de espera. Un deshecho que no paraba de toser. Estabas puestísimo de barbitúricos. Te habías fumado ya dos paquetes de Camel y tuve que esconderte el tercero. Lamentable. Si tienes huevos para jugártela también los debes de tener para asumir la derrota. Suerte tuviste que los resultados dieron negativos. Ahora contéstame a una pregunta. ¿Lo volverías a hacer? (Pausa larga; sonrisa diabólica)

 

¿Qué nombre le pondrías? (Pausa) ¿A quién? Pues al niño, idiota. (Pausa) ¿Eloy? Me gusta Eloy. Y si es niña Patricia. Me encanta. ¿Sabes una cosa? El otro día fui a Prenatal. No sabes la cantidad de cositas bonitas que tienen. He visto un moisés que es una monería y, claro, lo he tenido que comprar. Ya tengo la ropita de invierno. Unisex, por supuesto, que todavía no se sabe. Tengo la primera eco el mes que viene, así que apúrate con la preproducción de la peli que esto no para, es un desmadre, va a una velocidad… ¡Ah! Y otra cosa ¿sabes que le he comprado su primer muñequito? Es un tentetieso. Más bonito… (Pausa) ¿Estás ahí? (Pausa) Me ha colgado el desgraciado. (Marisex le llama al movil; segundos de tensión) Oye, ¿por qué cuelgas, cabrón? (Pausa) ¿Qué se ha cortado? A mí no me lo ha parecido (Pausa) ¿Qué? (Pausa) No tienes derecho, Filippo. (Pausa) El contrato es de siete años y llevo cuatro. (Pausa) No me puedes hacer esto, hijo de puta. (Pausa) ¿Cláusula? ¿Qué cláusula? Me leí bien el contrato y de cláusula nada, bonito. (Pausa) ¿Cómo qué no? ¿Inconveniente? (Pausa) Filippo, Filippo, no me cuelgues, por favor. (Pausa) Se puede, claro que se puede, sólo tenemos que darnos un poco más de prisa. Ser diligentes, ¿entiendes? (Pausa) ¿Cómo que no? No me digas eso, por favor. Eso no. (Pausa larga) Eres un microbio. Ahora me dejas en la estacada y te vas con la furcia esa. No quieres perder el tiempo con alguien como yo porque te queda bien poco, ¿no es así, gift giver? (Silencio tenso) Me has utilizado, cabrón. Te escupiría en la cara mil veces. Espera, no cuelgues. Esta me la vas a pagar, alimaña, acuérdate. Te vas a arrepentir. Y, por cierto, rompe ya el contrato, maricón, no esperes a que yo vaya a romperlo porque será tu cara de gilipollas la que rompa. (Marisex cuelga el teléfono, sale de la habitación y entra con una botella de leche. Bebe un trago largo y se sienta a los pies de la cama. Enciende la televisión. Coge el mando de la cámara, rebobina un poco y le da al botón de play. En la pantalla de televisión se ve la escena con el Mormón).

 

Marisex, un monólogo cruel. (2012-2013). Primera entrega. 

https://ivanvaro.com/cia-les-maniquis/marisex-2/

 

Núria Granell en Marisex, durante un show en el MEB.

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